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CHARLES WASHBURN: UN FILIBUSTERO
(Guerra del Paraguay)
(01) Amigo de piratas
(02) Diplomático embustero
(03) Pretensiones imperiales
(04) Fuentes.
(05) Artículos relacionados.
Amigo de piratas
Estados Unidos se abstuvo de intervenir en la guerra de la Triple Alnaza contra el Paraguay, y hasta tenía simpatías por Paraguay en contra de la esclavista Brasil. Era la lógica consecuencia de la Guerra de Secesión contra el sur esclavista. Sin embargo en el Plata tenía como representante a un personaje que miente, intriga, soborna y roba para beneficio propio.
La “carrera diplomática” de Chales Washburn es de lo mas extraña; amigo de piratas que actuaban en Nicaragua, como Walquer, o en California, como el coronel French. Washburn actuaba como representante de esos filibusteros que durante la Guerra se Secesión hicieron fortunas con el saqueo, el robo y el contrabando. Luego aparece en la diplomacia de la mano del embajador inglés Matheurs, de quien era una especie de secretario. Viaja con él a Buenos Aires donde se transforma en representante de los Estados Unidos. Identificado con los intereses ingleses, y los propios, tenía hacia el Paraguay un odio enfermizo. Intrigante y sin escrúpulos, hace un doble juego de diplomático, embaucador y comerciante. Entre otras cosas fue socio de Edward August Hopkins en una empresa de transporte que tenía doce vapores que abastecía a los aliados.
El diplomático embustero
Por su posición diplomática tenía el respeto de López, y en 1864 recibe una encomienda de éste para adquirir armas en Estados Unidos de abastecedores de la Guerra de Secesión. Diciendo incluso que las armas estaban en camino, recibió dinero adelantado por López, incluidos mil patacones para traer semillas e implementos agrícolas; nada de eso llegó. (Porter C. Bliss. Historia Secreta de la Misión del Ciudadano Norteamericano Charles A. Washburn)
Apenas asumido el gobierno por Solano López el 28 de setiembre de 1862, Washburn informaba a su gobierno: “Estoy asombrado de que el Paraguay cuente con tan pocos amigos fuera de sus propios límites. Ella es considerada una especie de tierra incógnita, donde alguien puede aventurarse a entrar solamente corriendo grandes riesgos” …”Hasta donde puede recoger, era casi universal el sentimiento de que sería la cosa mas afortunado que alguna potencia poderosa enviase aquí una fuerza que lo obligase a respetar las leyes de hospitalidad nacional e internacional”
De viaje a su país, se reúne en Buenos y en Río de Janeiro con importantes personalidades, entre ellas del Barón de Río Branco, llevando información y mentiras incluso a su propio gobierno. De regreso en 1865, cuando había comenzado la guerra, en Buenos Aires ayuda a interrogar a los prisioneros paraguayos, y mediante una conspiración intenta poner como presidente del Paraguay al disidente Carlos Saguier.
En 1866, para llegar al Paraguay, hace una farsa para engañar a los paraguayos: simuló que su transporte “Shamokin” estaba retenido por los aliados que cerraban el río y dice que se vio obligado a “forzar” el bloqueo, para llegar luego a Asunción en el “Shamokin” con gran expectativa, y recibido festivamente. Con su barco cargado de mercaderías, y abusando de su condición de “diplomático”, hace un gran negocio vendiendo a precios extorsivos. Valiéndose de su condición diplomática y de potencial informante ante el Duque de Caxias, logra al autorización para pasar el boqueo. Aprovechándose de las dificultades paraguayas en la guerra, consigue una indemnización para el judío Luis Pager, supuestamente ciudadano norteamericano perjudicado por la guerra, y obtiene una indemnización del gobierno paraguayo por siete millones de patacones. El cónsul francés en Asunción Emilio Laurent Cochelet, era el encargado de llevar el dinero al norteamericano, pero Washburn se queda con al mitad. Con el mismo cónsul francés, entraría luego en una conspiración contra el gobierno de Solano López.
A pesar que sabia que la paz era imposible, Washburn se ofrece en varias oportunidades como mediador, para ganar la confianza de López, y de paso entrevistase con Caxias a quien el pasaba información, datos militares y políticos. Por supuesto que en nada se avanzó hacia la Paz. Washburn participa conspirando con el cónsul francés, incluida las mujeres de ambos, según se desprende del juicio que se le hizo a Washburn en su país. Ese juicio contra Washburn comenzó en Montevideo a bordo del buque “Wasp” que lo conducía a Estados Unidos, y según el intérprete Charles Davie, que presenció el requerimiento, dice que “(…) hallándose a bordo del Wasp en su viaje al Paraguay, con la aprobación del comandante en jefe de la escuadra norteamericana del Atlántico Sur, se encontraba presente en el camarote del capitán cuando el Honorable Charles A. Washburn, ex ministro de los Estados Unidos, en el Paraguay, que entonces regresaba a Asunción, expresó su deseo categórico y su decisión de comunicar al Mariscal Caxias, comandante en jefe brasileño de las fuerzas aliadas en operación contra Paraguay, todas las informaciones que poseía y había obtenido en capacidad oficial relativa al número, las pociones y las fuerzas de las tropas del Mariscal López, y el plan de operaciones, solicitando al Capitán Kirkland se detuviese en Humaitá para permitir al citado Mr. Washburn compartir esa información con el Mariscal Caxias, desembarcando y trasladándose al campamento militar con ese propósito, sobre lo cual el Capitán Kirkland se negó a detener la nave para ningún fin semejante y declaró que en el caso que fuese requerido hacerlo, se vería en la necesidad de comunicar el asunto y denunciar a Mr. Washburn ante su gobierno. También estuvo presente en otra ocasión posterior en el curso de la cual, habiendo Mr. Washburn abandonado la mesa, la señora Washburn aludió a un plan revolucionario contra el Presidente López de que tanto ella como Mr. Washburn estaban informados, para derrumbar el gobierno de López y colocar a uno de sus hermanos, Benigno o Venancio, en su lugar.“
Washburn conspira, y por todos lo medios intenta intervenciones tejiendo una red de intrigas para que su gobierno intervenga de algún modo: …”Hasta donde puede recoger, era casi universal el sentimiento de que sería la cosa mas afortunado que alguna potencia poderosa enviase aquí una fuerza que lo obligase a respetar (a López) las leyes de hospitalidad nacional e internacional”.
Los argumentos para que intervengan los “marines” no se agotan en las críticas a López, y en 1863, refiriéndose a la situación en la Banda Oriental, insiste con la intervención: “Hay tantos franceses e ingleses en al Banda Oriental del Uruguay, que teme el presidente una intervención extranjera en caso de producirse una guerra muy prolongada (en Estados Unidos) o que el filántropo imperial Luis Napoleón pueda ensayar en los países del río de la Plata un papel análogo al que acaba de desempeñar en México…Aquí estoy extremadamente deseoso que la rebelión en Estados Unidos sea rápidamente sofocada, de modo que nuestro gobierno se encuentre en condiciones de intervenir ante cualquier agresión monárquica en América”
Pretensiones imperiales
Washburn es tan embustero y tramposo que hasta traiciona al propio Caxias, a quien supuestamente da informes, y del que seguramente recibía pago por los mismos. Lo acusa a Caxias de tener propósitos imperialistas continentales mayores, y aunque en boca del mentiroso lo cierto se hace dudoso, trascribimos las palabras que Washburn le atribuye a Caxias, según él en una conversación que mantienen ambos:
“Hace años que el Perú y el Ecuador nos están molestando sobre la navegación del Río Amazonas, mas en cualquier momento tenemos que resolver esta cuestión tirándoles una materia de discusión. Es tiempo que el Imperio ajuste sus límites con esas bellacas Republiquetas, y seguramente no tenemos que ceder un ápice de nuestras antiguas retenciones, mas asentaremos el principio que el río Amazonas nos pertenece por entero, con todos sus afluentes, hasta donde se extiende la navegación de ellos.
El Brasil no puede admitir que esas Republiquetas nos insulten y nos tiren la barba, como se complacen en hacer ahora, ni menos que con sus Congresos de Lima nos pretendan imponer leyes internacionales. Hace tiempo que tenemos la vista fija sobre aquellos mundos, y la expedición de Pinzón era el resultado de una combinación que habíamos echo con España, y como V. Excia. puede recordar, la escuadra de él se demoró en Río de Janeiro, para no dejar incompleto el acuerdo. Además, todo aquel aparato de una expedición científica, no era más que una parte de la farsa que jugamos entonces con España, para introducir nuestros espías en todas partes. Aquellos sabios naturalistas de la expedición tuvieron grandes consultas con nuestros ministros y con el Emperador mismo, y lo menos que se trataba, era de asuntos científicos. Recordará V. Excia. que el Capitán Navarro y el joven Pínzón, sobrino del almirante, fueron al Paraguay con el pretexto de buscar madera para el timón del barco del almirante. ¿Qué le parece? No esta lejos que el Imperio haga una alianza ofensiva con España, contra las Repúblicas del Pacífico y ya hemos sido consultados en efecto por el ministro Gonzalo Bravo, que es el verdadero director de la política de España…”
Por lo que vemos, el embustero mentía con bastante coherencia.
Lo referido por Washburn respecto a las actitudes imperialistas manifestadas por Caxias en esa reunión, coinciden en lo esencial con lo expresado por el mismo Caxias en su informe al emperador sobre la marcha y las perspectivas de la guerra.
El 18 de noviembre de 1867, Caxias envía un “Despacho privado del Marques de Caxias, Mariscal de Ejercito en la guerra contra el Gobierno del Paraguay, a S.M. el Emperador del Brasil don Pedro II”. (Ver documento en Anexo de esta obra)
Luego de ponderar el heroísmo de las tropas paraguayas, a quienes juzga prácticamente invencibles por su disposición a dar la vida en la lucha, y de referir el “magnetismo sobrenatural” de López sobre sus tropas, manifiesta su decepción, pesimismo y dudas sobre una victoria, más aún viendo el desaliento de las tropas aliadas y hasta las conspiraciones entre los propios aliados, produciéndose deserciones y hasta revueltas dentro de sus propios ejércitos.
Luego de hacer una dura critica sobre la eficacia de su ejército y de propia armada, evalúa la posibilidad cierta de perderse la División de los acorazados. “Ese sería, sin duda, -dice Caixas- el mejor de los resultados, pues todavía temo, y temo seriamente, que López, que todo lo puede con sus soldados, pueda abordarla y la tome como prisionera; y entonces todo estará perdido, y hasta no vería distante el peligro de ser bombardeada la Capital del Imperio. Entonces todos nuestros planes sobre las Repúblicas Argentinas y Oriental, y las demás repúblicas sobre el Amazonas, quedarán frustrados para siempre.” (Informe en el Museo Mitre, citado por J.J.Chiavenatto. Genocidio Americano. A guerra do Paraguay.p.186 y sig.)
¡Flor de amigo nos habíamos echado encima con el Imperio como aliado!
En otro párrafo del mismo informe, Caixas se muestra ante Pedro II partidario de hacer la Paz, confesando y desenmascarando al mismo tiempo las intenciones imperialistas: “…con la paz tendremos a salvo los restos de nuestros ejércitos y nuestra Armada; con la paz tendremos salvo el Imperio, con la paz habremos conservado nuestra actitud de en un mejor tiempo llevar adelante y con otros medios las pretensiones imperiales sobre las repúblicas americanas; con la paz conservaremos nuestra ascendencia sobre las Repúblicas Argentina y Oriental, por la razón de los compromisos que el General Mitre y el general Flores tienen contraídos con el gobierno de V. Majestad.”…¡toma mate! (Ver informe completo en Despacho de Caxias)
Leonardo Castagnino
Copyright © La Gazeta Federal / Leonardo Castagnino
Fuentes:
- Castagnino Leonardo Guerra del Paraguay. La Triple Alianza contra los paises del Plata
- Chiavenatto, Julio José. Gonocidio americano. A Guerra do Paraguay
- Rosa, José María. La guerra del Paraguay
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar
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Fuente: www.lagazeta.com.ar
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