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GENERAL BERNARDINO CABALLERO.
Las heroicas tropas paraguayas eran comandadas por la granítica figura del mariscal Francisco Solano López , que con su voz de mando, como un torrente de fuego, encendía las llamas en el pecho de sus subordinados.
Genial conductor, estratega, héroe y mártir, recorrió el penoso camino de la guerra en defensa de la soberanía de su Patria, seguido por su pueblo y secundado entre otros, por el general José E. Díaz y el general Bernardino Caballero.
El primero fue abatido en heroica y audaz misión; el segundo continuó su lucha hasta después de terminada la guerra.
Bernardino Caballero fue guerrero invencible y héroe de cien combates y salió indemne de los mayores peligros. Con valor sin igual, su espada de gloria fue invencible en los campos de batalla, desde Mato Groso a Lomas Valentinas.
El 16 de octubre de 1869, tras largos años de lucha, trasladando los restos de su diezmado ejercito, hizo hacer un alto en el junto al arroyo Tandey-i. Ordenó que se formara el pequeño ejército cubierto de andrajos, que fielmente le seguía. Se cantó el Himno Nacional y luego habló López, con voz pausada y serena. Recordó las épicas jornadas vividas y la gloria con que se habían cubierto los soldados paraguayos, y rindiendo homenaje al heroico general Caballero que estaba a su lado, agregó:
“Si yo llego a desaparecer, aquí tenéis a mi reemplazante. Y yo os recomiendo en esta hora amarga de mi vida, que le améis, como yo le amo, y que le sigáis confiado, como me seguís...” (O´Leary. Bernardino Caballero.p.28 – AGM.t.II.p.360)
En su largo peregrinaje hasta su destino final en Cerro Corá, López era seguido por el general Caballero y los restos de su ejército y su pueblo que seguían adheridos a su gigantesca figura, hasta inmolarse como cumpliendo un pacto sagrado. El éxodo de todo un pueblo, hombres, mujeres, anciano y niños, siguiendo los pasos del ejército nacional, es una de las páginas más sublimes de la historia universal.
Los restos del ejército, sitiadas en Cerro Corá se morían de hambre, y se necesitaba un piquete de valientes que saliera a través de los ejércitos aliados que lo sitiaban, para buscar las reses necesarias que mitigaran las espantosas privaciones que padecían, junto al pueblo que lo seguía: mujeres ancianos y niños.
El jefe de esa misión, no podía ser otro que el general Bernardino Caballero y el 21 de febrero de 1870, emprendió la difícil misión seguido por 21 oficiales y algunas tropas de caballería. Al abandonar Cerro Corá, Caballero se despedía de los restos de su Patria, que tendrían ahí su muerte y sepultura.
Cuando el general Caballero y el pequeño grupo que lo acompañaba recorría las costas del río Apa el 8 de abril de 1870, fueron sorprendidos por una partida brasilera, por la que se enteraron que la guerra había terminado.
Para el general Bernardino Caballero y su grupo de valientes, la guerra había durado un mes más.
Fuentes:
- Garcia Mellid, Atilio. "Proceso a los falsificadores de la historia del Paraguay"
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar
Ver artículos relacionados:
- Mariscal Solano López.
- General José E. Díaz.
- Tratado Triple Alianza
- Guerra del Paraguay
- Sarmiento y Paraguay
- Los "voluntarios"
- Solano López
- Urquiza
- La defección de Urquiza.
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Fuente: www.lagazeta.com.ar
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